Ya es 26 de diciembre, pero como en el cielo no hay reloj, os deseo con todo el corazón, que el Niño Jesús que nació hace un montón de años en Belén de Judea os enseñe y me enseñe a ser feliz. El vino para eso, pero si no lo dejamos entrar en nuestro corazón porque somos libres, le va a costar mucho trabajo enseñarnos. Aunque digo yo que nos quiere tanto que algo se inventará para ayudarnos.
FELICIDADES EN NAVIDAD Y SIEMPRE
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